martes, 9 de agosto de 2011

Brisa Suave Y Fría

Una fría y suave brisa acariciaba mis pies y mis piernas cuando me encontraba en el baño, de pie, frente al espejo peinando mi fino pelo liso y negro cuando de pronto un golpear en la puerta llegó hasta mis oídos. A través del espejo observé la puerta completamente inmóvil, de pronto se movió igual que cuando alguien la golpea y de nuevo el sonido anterior se repitió. Mi mente pensaba... y la conclusión más lógica a la que había llegado era que el golpear y el movimiento de la puerta lo provocaba la brisa de aire que quizá fuera fuese más intensa de lo que a mí me parecía dentro del cuarto de baño. Sin darle mayor importancia a lo sucedido, yo continuaba peinando mi pelo negro ante el espejo cuando volvió a repetirse la situación. Esta vez ya me estaba dando la vuelta, preparada para abrir aquella puerta que estaba siendo golpeada... pero algo aparecía bajo ella. Atravesando la pequeña ranura que había entre el suelo y la puerta, había aparecido un sobre de papel de un color algo amarillento. Sin dudarlo ni un momento, me agaché, me senté en el suelo, dejé el peine que todavía sujetaba en mi mano derecha en el suelo y cogí aquel sobre de papel. Con delicadeza lo abrí y saqué muy despacio el pequeño cacho de papel del mismo color que el sobre que llevaba dentro. Lo miré con total atención y en voz alta leí lo que ponía "te quiero". Rápidamente me levanté del suelo y abrí la puerta del cuarto de baño para ver si se trataba de algún tipo de broma que mi hermano estaba llevando a cabo. Pero tras la puerta no había nadie. Con el sobre y la nota todavía en la mano, recorrí cada rincón de mi casa y allí no había nadie. Mientras buscaba por toda la casa, incluso bajo las camas, me di cuenta de que la brisa que estaba sitiendo era imposible. Todas las ventanas y puertas de la casa estaban totalmente cerradas, ya que no es encontrábamos en invierno y hacía mucho frío, a parte de la lluvia. Observé de nuevo los papeles que tenía en mi mano, miré toda la casa con atención y pensé. No podía ser, sentí una brisa que no podía haber y recogí una nota que nadie podía haber dejado... ¿Qué estaba pasando? ¿Qué era aquella brisa suave y fría que sentía?


Firmado: Paloma García Villar
Vigo, Pontevedra

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