sábado, 23 de julio de 2011

Tara: Llantos Ante La Tumba De Arat

Ante la tumba se encontraba ella. Estaba arrodillada ante aquel pedazo de mármol. Levantó la mano derecha y entre llantos comenzó a tocar con sus finos dedos el nombre escrito en la lápida. Sus dedos se deslizaban siguiendo el contorno de aquellas letras plateadas que formaban el nombre “Arat”. Rompió a llorar mientras acariciaba la letra “r” y su mente comenzó a recordar…
Recordó la primera vez que le vio, los paseos a la luz de la luna junto a él… Pero un recuerdo se dibujó con enorme intensidad en la mente dañada por el dolor. En su cabeza se encontraba el recuerdo de su primer beso. Con total precisión recordó aquella noche en le bosque en la que Arat la miró y le hizo saber a través de sus ojos que era digna de su amor. Recordó el momento en el que ambos se miraron fijamente a los ojos y en el que ella se aproximó a él y comenzó a quitarle la venda negra con total suavidad. Poco a poco el rostro de Arat iba quedando al descubierto. Cuando ya no había venda Arat la besó y ella aceptó el beso sin haber apartado la mirada de los ojos azul grisáceo del joven para ver el rostro que jamás antes había visto. Tras el beso, ella se separó lentamente, alzó poco a poco los párpados y observó a Arat. Ante ella tenía a un hermoso joven de tez pálida que todavía llevaba la cabeza cubierta por una capucha. La joven alzó los brazos y deslizó aquella capucha negra hacia atrás dejando ver así por primera vez el cabello rubio cual oro de Arat.
El recuerdo comenzó a volverse borroso. Ella estaba cada vez más encogida ante la tumba y sus llantos iban en aumento. Sus ojos estaba rojos y su rosto completamente empapados por las lágrimas. No podía soportar tanto dolor.

Firmado: Paloma García Villar
Vigo, Pontevedra

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