jueves, 21 de octubre de 2010

Criatura De La Noche

“Se acerca el día. Terror, diversión y lujuria se verán unidas durante toda una noche. Los seres más siniestros del universo se mostrarán como cada año y entre ellos...te buscaré. Te buscaré entre las sombras, entre todos los maléficos seres de la noche...Esta vez...espero no fallar, espero encontrarte, sino...esperaré a que se repita esta noche el próximo año.
Te buscaré mi vampiro y espero encontrarte. No pararé hasta que te encuentre, aunque buscarte me lleve toda la vida...
Estas palabras fueron escritas por mí hace casi un año. Aquel año busqué en la noche del terror a mi ser de las sombras y no lo encontré. Esa noche está próxima una vez más, pero esta vez es diferente, ya no tengo que buscar en la oscuridad a mi criatura. Ya no busco a mi vampiro. No busco porque… ya he encontrado. Entre oscuridad, niebla, terror… entre hombres lobo, vampiros, demonios y demás seres siniestros he encontrado lo que buscaba. No es un vampiro, no es un demonio… no sé qué clase de criatura es, sólo sé que le amo. No me importa qué tipo de ser sea, no me importa lo cruel que pueda llegar a ser su raza, no me importa lo sangriento o siniestro que pueda llegar a ser… sólo me importa estar a su lado. “
Zae dejó de escribir. Miró fijamente a la ventana que se encontraba delante de ella, tras su escritorio. Era de noche, la luna estaba llena y una suave niebla se deslizaba entre las hojas de los árboles que se encontraban en el frio de la calle. Observaba aquel siniestro árbol que estaba situado delante de su casa. Había algo en él que la atraía. Vio como las hojas se movía y un golpe se escuchó tras ella, en su habitación. Se giró bruscamente, asustada. Miró con detenimiento cada rincón de su cuarto y no vio nada. De nuevo se giró y continuó observando aquel árbol a través de la ventana. Esta vez…había una figura que se dejaba ver en la oscuridad. Zae sonrió, no pudo evitarlo. Conocía a aquel ser que estaba allí fuera. Era la criatura de la que se había enamorado, su novio Marck. Le miró muy fijamente. Esa noche en él había algo distinto. El joven comenzó a caminar y se acercaba a la casa. Zae le miraba, atónita. Los rasgos físicos de su novio eran distintos y apreciaba algo en su cara que no le gustaba.
De pronto, Marck miró hacía la ventana tras la que ella se encontraba y dejó ver en su boca una maléfica sonrisa. Desapareció. Zae ya no lo podía ver. Se levantó de la silla donde se encontraba y se giró. Gritó, pero la voz no se oyó. Marck estaba ante ella y no era el mismo. Sus ojos eran amarillos, sus colmillos largos y brillantes, tenía garras en las manos, sus venas estaban muy marcadas por todo el cuerpo y su cabello era del color de la luna. Zae estaba muy asustada. Sabía que su novio era una criatura de la noche, pero jamás imaginó que sería así. Pensó en lo que había escrito antes de que todo eso sucediese y se dio cuenta de que había mentido. Sí le importaba el tipo de ser que era su novio, sí le importaba lo cruel que pudiese llegar a ser… y estaba a punto de comprobarlo.
Se abalanzó sobre ella. Zae estaba en el suelo con su novio encima. Marck la miró y de un garrazo la abrió en canal. Su novia murió al instante sin apenas poder gritar de dolor. Con sus garras continuó destrozando el todavía caliente cuerpo de Zae. Acercó su boca al cuello intacto de la joven y le mordió con tal fiereza que le arrancó la piel. A continuación, con sus manos empapadas en sangre arrancó los órganos del interior de Zae y se los comió.
Escrito por: Paloma García Villar
Vigo (Pontevedra)

No hay comentarios:

Publicar un comentario