domingo, 4 de marzo de 2012

El Suicidio De Lady Gadian

Lady Gadian se encontraba allí, mirando al vacío. Estaba sentada al borde de un barranco, observando el vacío con los ojos totalmente bañados en lágrimas. Buscaba con la mirada el fondo de aquel barranco, pero bajo sus pies sólo veía el vacío absoluto. Y allí estaba ella. Sentada. Llorando y pensando en qué había sido lo que la había llevado hasta aquel momento, hasta aquella situación. Pensaba y pensaba, y cuanto más lo hacía más lágrimas brotaban de sus ojos. Quería acabar con todo. Quería tirarse al vacío y acabar con todo aquello. Quería desaparecer de la tierra, del mundo… Quería irse con los muertos y quería hacerlo ya. Pero… Pensó que debía dejar alguna explicación antes de hacerlo. Debía dejar una carta por si todavía existía alguien que la quisiese. Lady Gadian sacó de su pequeño bolso de cuero negro un pergamino y una pluma. Comenzó a escribir:

“Hoy yo, Lady Gadian, la princesa del reino escribo esta carta desde el Barranco Prohibido. Con ella quiero despedirme. Quiero deciros a vos, que estáis leyendo esta carta, el motivo por el cual la he  escrito.

Me encuentro aquí, sentada al borde del Barranco Prohibido y a punto de tirarme a su inmenso vacío. Pero mis pensamientos me han hecho escribiros por si todavía os importo. Una de las razones por la que me encuentro aquí y ahora es porque me siento vacía. Elegí la soledad como un modo de vida, pero sólo la elegí como forma de vida sentimental y ahora me encuentro inmersa en la soledad más eterna que un ser humano pueda conocer. Mis seres queridos, mis amigos, la gente en la que creía confiar… Me han dejado sola. Me siento inmersa en la soledad eterna. Creí que era mi mejor decisión y sigo creyéndolo. Mi elección de estar sola fue la mejor, pero al final la soledad se ha hecho dueña de todo mi mundo. Y por eso ahora estoy aquí, escribiendo esto por si todavía queda alguien en la tierra a quien yo, Lady Gadian, le importe. Quizás vos seáis esa persona a la que aún le importo o quizás sólo seáis la persona que se ha encontrado accidentalmente esta carta. Ahora la dejaré aquí y quizás el aire se lleve o quizás siga aquí durante mucho tiempo…”

Lady Gadian dejó de escribir. Dejó a su lado derecho la pluma y dobló el pergamino dos veces. Cogió de nuevo la pluma y escribió en el pergamino “Carta de suicidio de la princesa Lady Gadian”. Dejó el papel y la pluma nuevamente a su lado derecho. Se levantó y se puso de pie al borde del precipicio. Miró al frente. Aquella sería la última vez que vería aquellos hermosos paisajes. Bajó la mirada al vacío y se tiró. Sin pensarlo ni un momento se dejó caer.

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