lunes, 10 de enero de 2011

Lady Gadian Y Su Dolor

Lady Gadian lloraba y lloraba. Desconocía por completo los motivos que provocaban tanto llanto. No podía dejar de llorar. Amaba a Ser Garlic, pero cada vez que pensaba en él lágrimas nuevas brotaban sin cesar de sus ojos. ¿Qué le ocurría? Lady Gadian no podía dejar de pensar en su amado y en porqué lloraba siempre que lo hacía. Con Ser Garlic le iba bien, era feliz a su lado, sin duda con él se sentía la mujer más feliz del universo y, en cambio, no podía dejar de llorar. "Temor, ¿podía ser ese el motivo de tanto llanto?" pensaba Lady Gadian intentando encontrar una solución a tanto dolor. Le dolía... le dolía el corazón y cada llanto aumentaba dicho dolor. La angustia aumentaba por momentos, las lágrimas comenzaban a salir con más intensidad, mientras el dolor de su órgano más preciado no cesaba. Lady Gadian pensaba en ese instante si todo eso estaba provocado por el temor a perder a Ser Garlic, le amaba tanto que pensar en un segundo sin él la aterrorizaba por completo. Pero... no, aquel no era el motivo que estaba provocando todo aquello. Con el tiempo había aprendido a convivir con ese miedo. Lady Gadian continuaba pensando y su dolor aumentaba con cada pensamiento. "No encuentro explicación alguna. Quizá deba tomar una decisión drástica" se dijo a sí misma. Caminó por la habitación en la que se encontraba y de una mesa cogió una larga y fina daga que colocó sobre su muñeca izquierda. Se quedó inmóvil. Continuaba pensado. "Quizá sea mejor que desaparezca. Así dejaré de sufrir este dolor tan intenso y Ser Garlic dejará de sufrir por mí". Continuó inmóvil durante unos minutos. Cuando de pronto tiró la daga contra la pared y se arrodilló bruscamente en el suelo, con las manos tapando sus ojos para ocultar el nuevo llanto. "Ahora lo comprendo todo. Este dolor es provocado por su pasado". Lady Gadian había estado a punto de quitarse la vida y en ese momento se dio cuenta. El motivo, el causante de tanto dolor era el pasado de su amado Ser Garlic. No podía soportar pensar en que ya habían besado aquellos labios, que ya habían tocado aquel cuerpo y aunque sabía que él la amaba a ella y que su pasado no le importaba, Lady Gadian no podía quitarse esos pensamientos de la cabeza. No podía, era así, no podía. No sabía por qué, pero esos pensamientos estaban clavados a fuego en su mente y eso le provocaba el dolor, la angustia y el llanto. Sufría. A pesar de ser feliz con el hombre al que amaba, sufría. No sabía qué hacer. Quería acabar con tanto dolor y la idea del suicidio seguía rondándola. ¿Qué debía hacer? Lady Gadian continuaba llorando, cada vez los llantos eran más fuertes y le costaba más respirar. Las punzadas en su corazón aumentaban y la angustia subía de nivel. "¿Qué puedo hacer para sacarme estos pensamientos?" pensaba Lady Gadian todavía arrodillada en el suelo y con los ojos llenos de lágrimas. "Quizá la solución a tanto dolor la tenga mi amado, Ser Garlic". No podía dejar de pensar en una solución, quería acabar como fuese con aquel dolor. Pensaba y pensaba. Pasó horas pensando y nada se le ocurría. Se levantó del suelo y se dirigió a la cama. Entre llantos se tumbó en ella y sin darse cuenta se durmió.
Se despertó. Con un sólo movimiento se sentó en la cama con los ojos abiertos como platos. "En mi sueño está la solución" dijo en un susurro Lady Gadian. "Ser Garlic tiene la solución a todo esto. Pero no puedo pedírsela, sería demasiado descarado". Lady Gadian había soñado con la solución y era simple. Debía pedirle a Ser Garlic que le explicase todo lo que sentía hacía ella, que la mirase a los ojos y le dijese que nada importaba, que tan sólo en su vida le importaba ella. De ese modo las imágenes del pasado desaparecerían de la mente de Lady Gadian y todo aquel dolor se desvanecería hasta extinguirse. Pero Lady Gadian se preguntaba algo... "¿Cómo puedo pedirle a Ser Garlic semejante cosa?"

Firmado: Paloma García Villar
Vigo, Pontevedra

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