lunes, 3 de octubre de 2011

Un Monstruo Tras El Espejo

Era por la mañana muy temprano. Llevaba ya unos quince minutos despierta. Me encontraba observando cómo transcurría todo en la calle desde la ventana. El día estaba nublado y el gris oscuro de las nubes indicaba que probablemente acabaría lloviendo. Por la calle no había casi gente, ni tráfico ya que era domingo y la gente debía de estar todavía en la cama. Mientras veía la ciudad, en el cristal de la ventana vi reflejada la silueta de algo que parecía ser un hombre. No le di importancia, ya que aún estaba algo dormida. Dejé de observar el exterior y me dirigí al cuarto de baño que había dentro de mi dormitorio. Entré y cogí del mueble azul situado encima del lavabo el cepillo y la pasta de dientes. Desenrosqué la tapa del bote de la pasta de dientes, lo apreté por el medio del tubo y coloqué la pasta sobre el cepillo. Cerré de nuevo el bote y comencé a lavarme los dientes. Mientras me miraba en el espejo, todavía algo dormida, en el cristal apareció una imagen. Del espejo salieron unos brazos y una boca horrible, con unos dientes negros y putrefactos. Unas manos semejantes a unas garras me agarraron de los hombros y me metieron dentro del espejo. Por la rapidez con la que se me introdujo en el espejo se me calló el cepillo de dientes de la boca.
Aparecí en un lugar muy extraño, oscuro y sucio. Todavía tenía la boca llena de pasta de dientes y aún llevaba el pijama puesto. Escupí a un lado la pasta de mi boca y me limpié los restos con la manga de la camiseta de mi pijama color violeta. Intenté retroceder tras mis pasos, pero una pared tras de mí me lo impedía. Así que me adentré cuidadosamente en ese tan oscuro y desconocido mundo tras mi espejo.

(Continuará…)


Firmado: Paloma García Villar
Vigo, Pontevedra

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