martes, 14 de septiembre de 2010

Cena Romántica

Era una noche especial para los dos. Él había preparado una cena muy romántica, había llenado la casa con velas y una dulce música sonaba de fondo. Estaba matizando los últimos detalles antes de que ella llegase a casa. Eran las once de la noche, ella debería llegar de trabajar en cinco minutos y ya estaba todo listo.
Ella llegó, abrió la puerta y se encontró con su novio esperándola junto a la puerta con una rosa negra en la mano. Detenidamente observó la habitación, vio las velas, la cena y oyó la música, y no puedo evitarlo, comenzó a llorar por la emoción.
Ambos se sentaron en la mesa y empezaron a cenar y al cabo de una media hora ya habían acabado. Ella se levantó y se dispuso a recoger la mesa, cuando él también se levantó, la abrazó y le susurró al oído:"deja eso, ya lo recogeremos mañana, ahora ven a la habitación". Ella sonrió, dejó los platos encima de la mesa y siguió a su novio hasta la habitación.
Llegaron a la habitación y ambos se tumbaron abrazados en la cama. Él comenzó a besarla, empezó por el cuello y poco a poco fue bajando hasta llegar a su ombligo, entonces le desabrochó el pantalón y se lo quitó. Antes de volver a besarla se quitó la camiseta, entonces se aproximó a sus labios y la besó.
Fuera estaba lloviendo y comenzaba a tronar, pero la pareja estaba tan sumergida en sí mismos que no se daban cuenta de que la tormenta cada vez era más fuerte y la lluvia no cesaba.
Ya no tenían ropa, estaban completamente desnudos y en la cama unas dulces sábanas de seda los acariciaba mientras hacían el amor.
La lluvia y la tormenta cada vez eran más fuertes. De pronto, una explosión se oyó muy cerca y la tranquilidad que había en el edifico de la pareja, fue rota por una explosión de humo y por los gritos de la gente que salían corriendo de sus casas gritando.
La pareja seguía en su habitación, sin volver al mundo real y sin escuchar nada de lo que su alrededor pasaba. No se dieron cuenta del humo que estaba invadiendo su habitación, ni escucharon los golpes que sus vecinos daban en su puerta para advertirlos de lo que estaba pasando. El edificio estaba en llamas.
Poco a poco el humo los fue asfixiando sin que apenas se diesen cuenta. El edificio estaba completamente vacío, sólo quedaban ellos, pero ya era demasiado tarde, habían fallecido asfixiados por el humo y poco después sus cuerpos se verían cubiertos por las llamas...

Escrito por: Paloma García Villar
Vigo (Pontevedra)

No hay comentarios:

Publicar un comentario