martes, 14 de septiembre de 2010

Mi Novio Es Un Vampiro

Era de noche, el cielo estaba libre de nubes y una suave brisa se apreciaba en la calle. La pareja regresaba a casa, sin prisa. La ciudad estaba vacía, nadie paseaba a la luz de la luna. Sólo ellos.
Vieron un mirador que estaba apartado y decidieron quedarse a observar las estrellas que aquella noche habitaban en el negro cielo. Ambos se tumbaron en el suelo de hierba y abrazados contemplaban aquel juego de luces que destacaba en la oscuridad.
Él la abrazó. Su mano derecha comenzó a acariciarle la barriga, subió y bajó suavemente. La besó por el cuello con dulces mordiscos. La mano que antes la acariciaba, ahora la agarraba por el cuello mientras su novio le mordía. Uno de los mordiscos se hizo más intenso. Podía sentir como los colmillos le perforaban la piel .La sangre poco a poco brotaba de su cuello e inundaba la boca de su amante.
Mientras sentía como los colmillos penetraban en su piel, su novio no dejaba de tocarla y de hacer que la situación fuese cada vez más y más excitante. La mano que agarraba el cuello de la chica fue deslizándose suavemente. Bajó poco a poco hasta que se desvaneció dentro de los pantalones de su novia. Comenzó a moverse dentro de la ropa y ella empezaba a gemir de placer.
Ella no sabía que hacer. El pánico y la excitación le impedían reaccionar ante la situación. El poder de la pasión fue más fuerte. La sangre tintaba su cuerpo y la boca de su chico.
La observó .Ella le miraba con deseo. Sus ojos no dejaban de ver la sangre que todavía goteaba de su boca. Se acercó a él y le susurró al oído:"mi novio es un vampiro". Al acabar de decir esa frase, la chica miró a su novio con una mirada de pasión que encandiló al chico. Después de esa dulce mirada la pasión brotaba con más intensidad en el aire.
Poco a poco fueron quitándose la ropa, hasta quedarse completamente desnudos bajo la plateada luz de la luna. Ella comenzó a besarle el cuello. Suavemente bajó hasta el pecho, después la barriga. Continuó bajando hasta perderse entre sus piernas. Él  la agarró por la cabeza y la llevó hasta su boca. La tumbó en el suelo. Le separó las piernas. Aproximó su boca y comenzó a besarle la vagina mientras la miraba fijamente a los ojos. Le mordió. Sin darse cuenta clavó sus afilados colmillos en la piel de su novia e hizo que una gota de sangre brotase. El placer que ella estaba sintiendo anuló por completo el dolor. La besó. Se levantó e hizo que su pene penetrase en el lugar donde acababa de provocar la sangre. Con suavidad fue haciendo que su chica gritase de placer mientras se alimentaba de su sangre. Ambos estaban completamente empapados por el dulce líquido rojo que él estaba chupando…
La luna fue desapareciendo mientras la sombría pareja disfrutaba con locura de la lujuria. Aquel líquido rojo provocaba excitación en los dos y ahora ella también lo bebía. Sus besos estaban teñidos de rojo y tenían un especial sabor que los volvía locos.
El sol comenzaba a salir y en el mirador ya no quedaba nadie. Sólo un rastro de sangre sobre la hierba. Un pequeño camino de huellas ensangrentadas conducían a un cementerio cercano. Dentro de él, las manchas rojas conducían a dos ataúdes…
La noche calló de nuevo sobre la ciudad. El cielo ya no estaba libre de nubes, ni la suave brisa que se percibía la noche anterior podía percibirse ahora. Una gran manta de nubes negras cubría el cielo situado encima del cementerio cercano al mirador. Los dos ataúdes a los que llegaba el rastro de sangre tenían las tapas abiertas. En la tumba situada al final del terreno sagrado podían observarse tres sombras, dos en movimiento y otra totalmente inmóvil.
Sobre la tumba sombría junto con otra mujer. El cuerpo de la mujer estaba totalmente inmóvil sobre la tumba y sobre ella se encontraba la lúgubre chica. Le estaba chupando la sangre. La mujer había perdido la vida, ya que los amantes le habían absorbido toda la sangre. Él permanecía al margen de la situación. Sólo observaba lo que su novia hacía con el cuerpo sin vida de aquella pobre inocente.
Cuando ya no quedaba más sangre, la chica se levantó y se aproximó al lugar donde se encontraba su novio. Se besaron efusivamente. Él bebió la sangre que todavía quedaba en la boca de la chica.
La joven y siniestra chica se alejó con sensuales movimientos de su diabólico príncipe. Comenzó a desnudarse mientras le miraba con ojos de placer. Se quitó toda la ropa y se aproximó a la tumba donde todavía se encontraba el cuerpo sin vida de su víctima. Se colocó encima del cuerpo y mirando a su chico comenzó a masturbar a la chica muerta. Él no podía resistirse a lo que estaba viendo. Fue acercándose poco a poco al lugar donde se juntaban perversión, muerte y lujuria. La besó. Sus lenguas se mezclaron y jugaron durante minutos. Comenzó a acariciar el cuerpo desnudo de aquella bella doncella del infierno…
Una luz apareció de pronto. El guardia del cementerio acudió al lugar llamado por los gritos de placer de la joven vampira. El guardia observó el lugar y sólo encontró el cuerpo sin de vida de una hermosa mujer. Un gran charco de sangre se encontraba bajo el cadáver. No había señales de las personas que podían haberle hecho eso…
La infernal pareja había huido del lugar asustados por la luz de la linterna del guardia de aquel sagrado lugar. Poco a poco comenzaron a oírse las voces de la gente que acudía al lugar para recoger el cuerpo sin vida de una inocente dama. Aún así, los amantes continuaban con sus juegos sexuales detrás de una tumba alejada del lugar del siniestro incidente…
No dejaban de darse placer mutuamente. No podían parar y nada, ni nadie lo impediría. A pesar del ruido que se había provocado debido al hallazgo del guardia, ellos continuaban consumiéndose de placer. Ella cada vez gritaba más y más fuerte. El cementerio estaba lleno de gente y si continuaban haciendo tanto ruido podrían pillarlos, pero eso no les importaba. Sólo querían mezclarse el uno con el otro.
Los gritos comenzaban a oírse por todo el terreno religioso. Las personas que se encontraban en él, se dirigieron al lugar de donde procedía tanto alboroto. Allí se encontraron con la tétrica pareja de vampiros. Los dos amantes percibieron la presencia de todas aquellas personas y se abalanzaron sobre ellas…
A la noche siguiente en el cementerio más viejo de la ciudad había una orgía de vampiros. La sangre y la lujuria se apoderaban de aquel sagrado lugar.


Escrito por: Paloma García Villar
Vigo (Pontevedra)

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