martes, 14 de septiembre de 2010

Sueño Adivino

Era un día soleado, con una elevada temperatura, hacía calor. África estaba en casa acabando de prepararse. Había quedado con su amigo Javi para ir de turismo.
Llegó la hora y África aguardaba en la puerta de su casa. Un  coche negro apareció y frenó ante ella. Era Javi que iba a recogerla, tal y como habían quedado. La joven subió al coche y se pusieron en camino al destino  al que nunca llegarían.
Iban por la carretera principal de la ciudad cuando de pronto algo sucedió. Un coche apareció de la nada y se dirigía a toda velocidad hacía ellos. Javi no pudo hacer nada para esquivar al otro vehículo. Chocaron. África se golpeó la cabeza, pero continuaba consciente. Se sacó el cinturón de seguridad y miró a su lado. Su amigo estaba muerto, ya no respiraba. Salió del coche y se colocó en mitad de la carretera pidiendo a gritos que alguien la ayudase. Un coche frenó ante ella y de él salió un joven dispuesto a ayudarla. Entonces… sonó el teléfono.
África despertó y se dio cuenta de que todo había sido una pesadilla. Se levantó de la cama y salió de la habitación. Una vez en el pasillo de la casa, se dirigió a una pequeña mesa donde el teléfono continuaba sonando. Descolgó el aparato.
-          ¿Sí? –
-          Hola. Le llamamos desde urgencias. ¿Es usted la señorita África? –
-          Sí. Soy yo. ¿Qué ha pasado? –
-          ¿Es familiar o conocida de Javier Sánchez? –
-          Soy amiga del. ¿Qué le ha pasado? ¿Está bien?  -
-          Lo siento mucho señorita. Su amigo ha tenido un trágico accidente de coche y ha fallecido. No hemos podido hacer nada. –
África soltó el teléfono y cayó al suelo con los ojos envueltos en lágrimas. No podía creerse la  noticia que le acababan de comunicar. Su amigo había fallecido tal y cómo ella había soñado. Tan sólo cambiaba algo… ella no iba con él.

Escrito por: Paloma García Villar
Vigo (Pontevedra)

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